domingo, 29 de julio de 2012

El año de los cambios

Es curioso el lenguaje en que la vida te habla. Poquito a poco, se va quitando la niebla. Y menos mal que es poco a poco, si fuera más rápido de lo que está yendo no lo aguantaría. Hoy he estado hablando contigo de algo que creí que jamás hablaríamos, un tabú con mayúsculas, un tabú que ya no lo es. Y no sabes cuánto me alegro, siento que estamos más cerca, que te comprendo más, un poco más. Hoy me has dicho algo que ya sabía, y has oido algo que no sabías y que no se si estabas preparada para oir, porque se que estas cosas te chirrian, no te gusta oirlas. No salgo del asombro, positivo asombro.

Años hablando y expresando sin saber porque, y sin saber a quién. Y de las rosas del jardín, solo hay dos que desprenden olor.

Desde luego este año es el Año de los Cambios, lo voy a bautizar así.

lunes, 16 de julio de 2012

Luz

Ésta última semana ha sido una locura, una revelación, y una llave maestra para muchas cerraduras viejas y oxidadas. Se han juntado una cantidad de emociones que probablemente nunca se habían expresado todas juntas.
Por una parte está el enfado, por una carrera que me ha dado bien poco, de la cual he tenido que exprimir con más fuerza de la que yo tenia un jugo siempre escaso. ¿Cómo es posible que haya aprendido más en cinco días que en cinco años? No se si algún día podré comprenderlo.
Por otra parte está el asombro, porque por fin encuentro la luz después de tantísima oscuridad, y tanto camino pedregoso. Es un asombro casi como de quedarme maravillada por todo lo que he visto, todo lo que he aprendido y todo lo que he descubierto. Y alegría… la alegría del fluir, tantísimo tiempo intentando comprender a nivel filosófico el fluir, y de repente, lo comprendo, lo vivo y lo siento. Me queda mucho por andar, pero se que estoy en la senda, o al menos si he de elegir alguna en esta dirección, se que ésta es la mía.
Me he acordado de muchísimas personas que ya no están en mi vida, puesto que ha sido un viaje al pasado, un duro viaje que me ha servido para reestructurarlo y desencriptarlo. Ahora empieza el trabajo individual, no menos duro. Me siento profundamente agradecida por todo lo que me mostraron aquellas personas que ya no están, y también cómo no, por lo que me han iluminado las personas que sí están. Desde el corazón os doy las gracias.
Solo ahora comprendo que nada ha sido casual, sino más bien causal… Que mi correo electrónico dejara de funcionar a finales de enero, que este blog deje de llamarse La Causa de Tessa, que la noche que en el Ragna me di cuenta de que Madrid no era mi sitio, que tenía que volver al origen…  Sin saberlo empezó una nueva etapa que brilla con luz propia.

martes, 3 de julio de 2012

Picar la piedra

Varias veces he oído decir a Rubén: nada cambia si nada cambia. Yo quiero modificar sensiblemente la afirmación: nada cambia si tú no cambias. Puedes encomendarte al mejor whisky siete noches a la semana, puedes recorrer 600 km de camino a pie con una mochila de 10 kg pidiendo que tu promesa o petición se cumpla al llegar a tu destino, puedes esperar que un quirófano te ayude a quitarte aquello que sobra en tu cuerpo o ponerle lo que le falta, puedes esperar que un medicamento te cure… pero el problema corre el gran riesgo de volverse a repetir si no llegas al origen, te haces consciente del verdadero problema y lo aceptas. Y algo tan sencillo llega a ser tan complicado que te puede conducir directamente a tu tumba. Aceptar ciertos problemas, puede ser tan insoportable que hay quien prefiere morir para evitar encararlos. Por eso me parece que es necesario desaprender el miedo. Muchas personas han estado, y están encarceladas en la escuela del miedo:
-          No voy a intentar esto porque igual pierdo lo poco que tengo ahora
-          Tengo miedo de lo que mi madre, padre ( y un etcétera  enorme: hermano-a, abuelo-a, novia-o, marido-mujer…) diga, piense, o haga
-          “Más vale malo conocido que bueno por conocer”
-          No soy feliz con mi pareja pero tengo miedo a estar solo/a y por eso sigo en esta farsa
-          Etc Etc Etc
Y esto es devastador, porque condiciona física, psicológica y emocionalmente nuestra existencia. Creo que necesitamos desaprender el miedo, decodificarlo, comprender por qué se instauró y desde cuando. Y después de esto comenzar a dejar fluir la emoción que el miedo ha colapsado, que por mayoría aplastante suele ser la ira.
Hace cinco días una estupenda persona me dijo, medio sonriendo:  “alguien tiene que picar la piedra”. Es un colega de profesión, podríamos llamarlo así, aunque es mucho más que eso. Lo curioso es que ese lema me recordó, casi remotamente a otro lema que en un pasado escuché de una voz cercana: “alguien tiene que hacerlo”.
Mi dilema está en si realmente, en el fondo de mi ser, y con todas sus consecuencias, quiero hacerlo. Ahora mismo veo una luna llena preciosa. Espero que me ilumine, aunque solo sea un poco, este camino.