sábado, 10 de mayo de 2008
La ciencia de la conducta, esa gran excluída
Estaba claro que algo había que escribir, porque lo acontecido en el salón de grados no nos dejó indiferente a nadie. Creo que se comenzó la "mesa redonda" -aunque mas que redonda tenía un sin número de esquinas con punta- cerca de las 12,30 y acabamos pasadas las 15,00, aunque el verdadero debate, a mi juicio, empezó después, alas 16,00 después de comer en la cafetería y en el anexo, hasta cerca de las 19,00. Seis ponentes iban a "hablar" acerca del objeto de la Psicología, de la "metodología para", etc. y eran: Pablo Adarraga -vomitando aprendizaje asociativo pero en el centro de la Inteligencia Artificial-, José Manuel Igoa -supestamente montado en el módulo del cognitivismo clásico-, Esperanza nomeacuerdodelapellido -entre un entramado de constructivismo y derecho evolutivo-, Alberto Rosa -con la cátedra bajo el brazo de Historia de la Psicología-, Nacho Montero -metodólogo pero caminante de las estepas vygostkyanas-, y.. por último una señora curiosa .. por llamarla de alguna manera, que llegó la última. dijo que hacía "ciencia de la conducta", saltó a la piscina y nos salpicó de mierda a todos. Cada uno en su onda, en general, bien metidos, pero la señora curiosa, es que era muy curiosa! nadie sabía de qué onda estaba hablando. Empezó diciendo que no había tenido una buena formación en sus años de carrera y que los había dedicado a pasárselo bien, que le apasionaba mucho Freud, etc, etc, y luego acabó cantando una canción desafinada con letra dogmática y grosera que se titulaba "ciencia de la conducta", y que decía algo así como que ella se autoexcluía de la psicología, y que si lo que se había dicho en aquella mesa era Psicología, la psicología era Nada. Bueno, no se si esta señora fue criada en una caja de Skinner por sus padres, o en su adolescencia, entre sueño y sueño freudiano se daba descargas eléctricas en los dedos de los pies, no me queda muy claro. Lo que sí tengo claro es que todavía hay mala educación entre los docentes, y es una pena.
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