lunes, 29 de noviembre de 2010

Sáhara

Un desierto de suelo yermo y rocoso en el que no crece vegetación: es la nada convertida en piedra. El retrato apocalíptico de un futuro sin vida. Allí, expulsados de sus tierras, cerca de doscientos mil refugiados encontraron un territorio en el que plantar sus tiendas y reconstruir sus hogares, sobreviviendo donde no lograron hacerlo los peces, los moluscos, los chacales, las serpientes, los ríos y las moscas. Tan sólo las bandadas de cuervos y cornejas aceptaron convivir con ellos, esos mismos pájaros negros que, en las ciudades, gustan de volar sobre los cortejos fúnebres y posarse en las ramas altas de los cipreses de los cementerios.

Se sonroja la tierra
turbada antes los vivos.
Las lomas han callado
por respeto a los muertos.
Las tumbas imprecisas
derramándose en lomas de guijarros.
Tantas causas perdidas
bajo la carne salina de las dunas.
Esas lunas estériles
con cráneos que son llagas
de milenios huidos.
Allí vivieron hombres
lejos del ronroneo de océanos y edades.
Y así la vida fue:
el viento que arrebataba voces,
arrojándolas en brazos de la nada.
El cielo era un lamento de cuchillos:
Así mi vida.


El Médico de Ifni. Javier Reverte

jueves, 18 de noviembre de 2010

Basura y Vergüenza



La última perversión del gobierno marroquí: insinuar que la estrategia de ataque que llevaron a cabo los saharauis cuando se estaba arrasando su campamento, era propia de los métodos de Al Qaeda. Bravo, aquí es que ya se han coronado. Creo que esta gentuza, que esta basura de gobierno marroquí se ha pasado de la raya. Cometen genocidio contra un pueblo desde hace mas de 30 años, ahora tratan de que la comunidad internacional no lo vea impidiendo la entrada de medios, y encima quieren hacer creer al mundo que los saharauis están vinculados a Al Qaeda.

Siento una profunda vergüenza por este estúpido gobierno español que le ríe las gracias a unos criminales de guerra.

Por cierto, ésta es la imagen de cómo quedó el campamento saharaui después del ataque marroquí. Juzgad vosotros mismos.

viernes, 12 de noviembre de 2010

En las calles de El Aaiún

El día diez de octubre comenzó una gran protesta pacífica, en la que más de 20.000 saharauis reivindicaban su derecho al trabajo, a la no discriminación y al usufructo de sus recursos naturales, estableciendo un campamento de 7000 haimas a 15 kilómetros de la ciudad de El Aaiún. 30 días después el gobierno de Marruecos ordenó a su ejército el asalto y la destrucción del campamento saharaui de Agdaym Iziken. Ha habido 28 personas muertas, 723 heridas y 159 desaparecidas, sin contar a quienes se encuentran en los cuarteles militares o la cárcel, ni en los hospitales.

Al mismo tiempo, las fuerzas de ocupación han instigado y armado a colonos de la ciudad de El Aaiún que, junto a policías de paisano, asaltan domicilios, negocios y queman vehículos de propiedad saharaui. El ejército marroquí ha declarado el Estado de sitio en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental.


Amal es una niña saharaui de 8 años, vive con su familia en El Aaiún. Aunque muchas veces en la escuela, ha tenido que oír insultos apelando a sus orígenes, "tu te callas basura saharaui", o a su familia "vuelve con las ratas de tu familia", la convivencia era tensa, pero plausible. Ahora no. La policía marroquí entró hace 10 días una noche en su casa. Se llevó a sus padres. Están solas. Su hermana Maiouba de 16 años trata de cuidarla como puede. Pero hace 10 días el terror se ha quedado en ellas. Por las noches, agazapadas sobre un falso techo, tratan de dormir. Pero es imposible, el miedo a que la policía vuelva de noche, para llevárselas a ellas, es demasiado grande. Mientras Amal tiembla aferrada a un oso de tela, Maiouba se pregunta dónde están sus padres, si volverán, se pregunta cuándo podrán salir a la calle sin miedo, y le reza a Alá para que acabe este infierno.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Reinventando.. nos

Y cuando grito es porque quiero, porque siento que aun alguien puede oirme, pero ya no tengo voz, el ayer me la quitó hasta un mañana que no se cuado llegará. ¿Cuándo vendras? Es más, ¿cuándo te irás? No mientas, se real, pues la realidad es lo que existe, jamas desiste en el intento de volver a nacer”.


Supongo que es en días como estos en los que todo se pone en juego, en los que todo sale a la superficie. Hace un frío horrible, y las nubes pasan por el cielo a velocidad de vértigo presagiando la tormenta. Pero la tormenta ya ha estallado dentro.

Recuerdo cómo nos reíamos, inocentes, pensando que nunca nada cambiaría. Pensando que la vida nos sonreiría siempre y que el tiempo permanecería quieto en un letargo agradable. Ahora, en este reencuentro, tal vez, nos hemos vuelto a encontrar con aquello que dejamos en el camino, sin querer dejarlo tal vez.

Yo me he rescatado a mi misma. Tal vez vosotras también lo hayáis hecho a vuestra manera. No es una vuelta al origen, sino una reinvención. No podemos enfadarnos por un pasado que se fue, sino alegrarnos al mirar atrás, y sonreír porque todo aquello lo vivimos juntas.

Ahora parece que ha acabado la revolución. Parece que entre tanto fuego cruzado, tanta ventisca heladora, y tanta sangre derramada, todo empieza, lento y despacio, a serenarse. El fin de un tiempo llegó.

Ahora comienza otro.

lunes, 1 de noviembre de 2010

muerte

Flaco favor me has hecho, estado de bienestar, cultura occidental. Te odiaré siempre por esto.

El “tanto tienes tanto vales”, la búsqueda incansable de los placeres terrenales, esa ansiedad por tener, por comprar, por comprar felicidad a precio de coste, ese “disfruta mientras puedas que la vida es corta”. Todo aquí en este aura cultural, parece querer decirnos: Vamos! Corre, ya estás tardando en ser feliz! Tienes un promedio de 75 años para conseguirlo todo, porque una vez muertos, a pudrirnos en una caja. Abono para la tierra.

Demonios, pero de dónde hemos sacado toda esa doctrina estúpida. Cuánto tiempo nos han vendido esto… Me temo que unos cuantos siglos. ¿Quién es el culpable? Eso si que no lo puedo señalar yo. En cierta medida lo somos todos a nuestra manera después de siglos de civilización, en el siglo XX y en el siglo XXI es cuando más malestar tenemos, cuando más agobiados estamos, cuando más sufrimos.

Cuánto daño me has hecho, ciencia. También te odiaré por esto. En esta cultura cientifico-técnica que está anclada en los resortes de la sociedad actual, lo que va en contra de la ciencia es una puta mierda, no vale, no sirve, y no tiene crédito. Lo siento pero conmigo no te sirve, querida ciencia. Llevo años lidiando contigo, viendo tu cara amable pero también tu rostro oscuro y nauseabundo. No me das miedo, sé hasta donde puedes llegar. Hasta querer recrear el Big Bang, por ejemplo. Wao, sí señores y señoras, aplaudamos todos. Esos grandilocuentes científicos que se pasean por Ginebra, ufanos porque saben que sus nombres quedarán escritos en la posteridad por esta hazaña nunca vista en la faz de la tierra.

Sí, esos mismos científicos que a la vez son personas, que saben que envejecerán, que todo el éxito que ahora tienen se desvanecerá, que probablemente enfermarán, y que seguro morirán. Y le tienen miedo a la muerte. Claro que sí, un miedo atroz. Porque su querida ciencia, no ha sido capaz de explicarla, y puesto que no ha sido capaz de explicarla, el tema se finiquita con que es el final y en que ahí acaba todo. En una cama de hospital quizá, en una carretera tal vez.

Menudo chiste macabro, la ciencia. Nos hace creer que lo tenemos todo, que somos los dueños del mundo y que podemos reproducir hasta nuestra propia creación planetaria, pero no es capaz de explicar qué pasa cuando morimos. Para echarse a reír.

No os estoy agradecida, ciencia y cultura occidental, porque una de las peores cosas que habéis hecho ha sido instaurar durante años, en millones de personas, un miedo espantoso, un sistema de creencias fraudulento que quiebra de manera abrupta.

Pero esto no acaba aquí, será un camino difícil, pero me da igual, no estoy dispuesta a sufrir por un miedo infundado.

Creo que empiezo, poco a poco, a no temer a la muerte, entre otras cosas… porque no sé lo que es.