domingo, 17 de abril de 2011

Por ellas, por ella

Este pasado 14 de Abril, entré en el aula de mi curso, y las ponentes, Cristina y Ana, se felicitaron mutuamente antes de empezar la mañana por el 80 aniversario de la 2ª República Española. Me sentí orgullosa por pertenecer a esta facultad, y a esta universidad, que proclamó a Santiago Carrillo Doctor Honoris Causa.

Hoy vengo de hacer honor a un pasado, a un pasado cercano que muchos se esfuerzan por olvidar, pero otros tratamos de mantenerlo siempre vivo.

Hoy de nuevo, pero con más calma, he sabido de una historia familiar:

Acababa de estallar la guerra. María junto con su hermana, y su padre, sobre las 10 de la noche, abrieron las cuadras y todas las corralas de animales para que salieran libres por el monte. Se iban de casa, y no sabían cuando volverían, ni si lo harían. El ruido de armas disparando y los cañonazos se aceraba por el bajo Pirineo, se oian desde casa. Con más pena y miedo que nunca, salieron con una docena de vecinos, a refugiarse al barranco de los Estañones. María estaba embarazada de 8 meses. Tres horas de camino, plena noche.

Del alumbramiento nació Herminia. No me cuesta imaginar lo primero que oyó y que sintió en sus primeras horas de vida. Desde luego no era la habitación cálida y acogedora que necesitaba. La post-guerra se comió su adolescencia entre cartillas de racionamiento, hambre, y penalidad. Trabajó como nadie desde niña, nacida en el seno de la represión, del miedo, y la miseria de la post-guerra, jamás paró de trabajar. Cuando le pregunto cómo conseguía que toda la familia comiera, una sonrisa amarga aparece en su cara para decirme que “con mucho pan seco y patata se llenaban los pucheros”.


Por y para ella va esta entrada. Por y para todas esas mujeres que mediante valor, sacrificio y trabajo sacaron adelante familias enteras, heridas por aquella guerra, que salpicó de sangre a tanta gente.

También por la República, por ella. Porque hoy me pregunto cómo sería España hoy día si unos asesinos no hubieran derrocado un gobierno, hubieran matado gratuitamente, y hubieran secuestrado un país durante 40 años.

Vivan las mujeres de la República, que sufrieron su derrocamiento.

Viva la República.