miércoles, 29 de febrero de 2012

Martillazos y creencias

Ayer se me olvidó escribir un descubrimiento más:

. Las creencias sobre nosotrxs mismxs determinan nuestra vida.

Y aqui va una pequeña historia que ilustra este descubrimiento:

El famoso psicólogo Abraham Maslow, ejercía como psicoterapeuta con un paciente que estaba totalmente convencido de ser un cadáver. Naturalmente todos los razonamientos racionales se estrellaban ante su firme convencimiento -emocional- de cuál era su estado. De repente Maslow tuvo una idea que juzgó definitiva.

- ¿Los cadáveres sangran?. Preguntó a su empecinado paciente.
- Qué tontería, todo el mundo sabe que un cadáver no puede sangrar. Respondio.

Maslow que se había provisto a escondidas de un alfiler, pinchó con él repentinamente, la yema del pulgar de su paciente.

- ¡Lo ve!, gritó Maslow rebosante de lógica, al ver brotar la sangre del dedo de su paciente.
- Pues ahora resulta que si que sangran.. Admitió sorprendido el paciente.


Ciertamente, muchas veces en la vida nos hemos sentido cadáveres que curiosamente sangraban. Como si no pudieramos despegarnos de algo que sabemos que es irracional, que no nos conduce a nada bueno y que nos hace daño, pero que sin embargo, nos vemos abocados a ello una y otra vez. Por suerte, a algunas personas nos llega algo que irrumpe como un martillazo sobre nuestras creencias, y las desbarata. Desorganiza los conceptos, las letras y los sentimientos, generando otros nuevos.

...Me encantan este tipo de martillazos

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