jueves, 2 de diciembre de 2010

Ventilando el olor a podrido 1ª parte: perversión y dinero

Éste es el resumen del mecanismo que nos ha llevado a esta mierda de crisis y en definitiva a esta mierda de sistema mundial en el que estamos. Ahí va.

Pongámonos en la tesitura: Un bloque de pisos en ínfimas condiciones, que claramente les falta una reforma integral, son observados por un hombre de mediana edad, inmigrante, con un sueldo base, y con una familia de 4 miembros a los que abastecer. Este hombre se llama Saul. Evidentemente él sabe que es una pésima vivienda para él y su familia, pero aún así, es mejor que vivir en la calle. Lo malo es que ni con esas puede pagarla. Un avispado señor que pasaba por allí le ve, y le pregunta: ¿Quieres comprar uno de esos pisos antes de que se caiga?.. Te dejaría el dinero. Este “buen” hombre es un vendedor de hipotecas. Obviamente su sueldo va en función de las hipotecas que venda. Bien. Saul acepta agradecido. Y partir de aquí comienza el quid de la cuestión: esta deuda que se contrae es cogida por un banco y “empaquetada” con otras similares, sin saber muy bien qué hay ahí dentro. Este paquete de deudas tan hermético, se lleva a la bolsa – sea Wall Street, la bolsa de Madrid, etc.-. Aquí sucede algo mágico, ese paquete de deudas tan arriesgado deja de serlo y se convierte en un vehículo de inversión estructurada. Entonces, otro “buen” hombre entra en escena: el señor McDillon, un grandioso agente de inversión, compra ese paquete de deudas, que ahora ya es un vehículo de inversión. Tras esto, McDillon, llama a un “colega” en Tokyo, y hablan: Mira, tengo este “paquete”, ¿lo quieres comprar? -¿Qué hay en él? , - pregunta su colega. No tengo la menor idea –responde McDillon. Está bien, lo compro. ¿Cuánto pides por él?.- 100 millones de euros. - Vale, lo compro – finaliza el colega de Tokyo. Resumiendo: Un tipo de Tokyo, acaba de comprar por una millonada, el paquete de deudas hermético. Este proceso presumiblemente puede ocurrir varias veces, es decir, que el paquete sea comprado y re-comprado por distintas personas, distintos agentes de inversión, y evidentemente obteniendo cada vez beneficios por ello. Bien, y aquí surge una pregunta: sabiendo que esos paquetes contienen deudas arriesgadas, ¿por qué son tan atrayentes para los agentes de inversión? Pues porque se les pone muy buenos envoltorios, muy buenos nombres, y se amparan en corporaciones famosas y de prestigio, por ejemplo, “nadie” dudaría corporativamente hablando de unos “fondos de inversión” – que muy probablemente estén compuestos de paquetes y paquetes de deudas arriesgadas- del Banco Santander, un banco que aún con la crisis ha generado grandes beneficios, y es el tercer banco mundial.

Así, lo que todo empezó con unos pocos de miles de euros de un inmigrante asfixiado por las deudas, ha pasado a formar parte de un “fondo de inversión estructurado” – qué bien suena, verdad?- del Banco Santander. No sería tan atrayente, ni tan “comprable” si en vez de llamarse fondo de inversión estructurado se llamara “restos de la hipoteca de un inmigrante desempleado”, que es lo que es.

Se está diciendo que si la crisis sigue creciendo, se va a llegar a un colapso del mercado financiero. Sí, pero, señores, señoras, esto sólo puede frenarse de la siguiente forma -dice la federación mundial de entidades y agentes de inversión-: que los Estados y los bancos centrales nos devuelvan el dinero que perdimos especulando durante años. No nos lo vamos a gastar! En absoluto. Lo que vamos a hacer con ese dinero que nos presten es invertirlo de nuevo en recuperar nuestra media de especulación, para seguir manteniendo el statu quo, las deudas gubernamentales, el sistema neoliberalista de mercado, y las desigualdades y perversiones económicas, que básicamente, es nuestro “humilde” trabajo. Finalizan su discurso, estos señores agentes de inversiones.

Sinceramente, deberían arder en una hoguera.

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